La lucha antiimperialista y contra la OTAN en Andalucía

Recientemente, se ha celebrado un Simposio Internacional, organizado por el Frente antiimperialista, en Berlín. Entre los temas a tratar y discutir se encontrabanla lucha contra la agresión de la OTAN. Por este motivo hemos aprovechado para aportar algunas reflexiones desde Andalucía. También como integrantes de la Plataforma Bases fuera, OTAN NO, de Cádiz, que forma parte de la Plataforma Andaluza del mismo nombre, aprovechamos para mostrar nuestro apoyo internacionalista a todos los pueblos que luchan por su liberación ante el imperialismo y contra la OTAN.

La lucha antiimperialista siempre ha tenido una importancia esencial para los pueblos del mundo, porque la burguesía de esos países capitalistas, tanto en la época colonial como neocolonial, han mantenido sus ganancias a costa del saqueo y explotación de sus colonias o antiguas colonias, los llamados países del Sur global. Pero también a costa de la explotación de su propia clase trabajadora, aunque con niveles de intensidad y contradicción diferentes.

En la época actual de crisis de los países capitalistas, las contradicciones se agudizan y aumenta el grado de explotación y represión que adquiere formas más sutiles o descaradas según las condiciones de cada país. De esta forma, la lucha antiimperialista es una con el apoyo internacionalista a la lucha de los pueblos y, por lo mismo, con la propia lucha de clases dentro de cada nación. Desde Andalucía, creemos que en el momento actual estas luchas adquieren gran importancia y protagonismo, especialmente para los pueblos del Sur global, pero también para nuestro propio pueblo que, precisamente, por su posición geoestratégica y política, por su posición de enlace -o ruptura- entre el Sur y el Norte, siente los dolores de ambas orillas.

La actual coyuntura internacional se caracteriza, por un lado, por peligro real de agresiones y provocaciones imperialistas en múltiples puntos del planeta. Y por el otro, de una sacudida y emergencia de países del Sur global. Emergencia que se ha visto potenciada por la defensa rusa a la lucha de las repúblicas del Donbass frente al gobierno neonazi de Kiev apoyados por la OTAN.

Los países del Sur global se organizan y enfrentan a las sanciones unilaterales y a los bloqueos que impone el imperialismo estadounidense y sus aliados. El motivo es que dichos países son independientes, no siguen sus mandatos unilaterales, son los casos de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán, Rusia o China, entre otros. Así, los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) han visto como las solicitudes de ingreso aumentan exponencialmente, debido a sus medidas económicas, monetarias, de comercio y defensa que están organizando, frente a la dictadura del dólar, del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El multilateralismo ha hecho su aparición y no solo muestra que el mundo está cambiando, sino también que estamos ante un peligro inminente de que el imperialismo estadounidense y sus socios incrementen sus agresiones políticas y militares.

El mundo está cambiando en una dirección que favorece la lucha de clases mundial y local contra la mercantilización del capitalismo, contra la propiedad privada y por la liberación de los pueblos. Pueblos que han sido atenazados y agredidos desde el colonialismo, antes, y desde los inicios del imperialismo en el siglo XX hasta la actualidad. En realidad, desde mucho antes, desde que existe propiedad privada y se constituyeron los antiguos estados esclavistas.

ANDALUCÍA: SITUACIÓN ACTUAL Y LUCHA CONTRA LA OTAN

Andalucía, una nación dentro del estado plurinacional español, y por tanto dentro de la Unión Europea (UE), se encuentra en una situación geoestratégica esencial para el imperialismo. Con un estrecho de Gibraltar que separa dos mares, el océano atlántico y el mar mediterráneo; y dos continentes el euroasiático y el africano. Más allá de otras idiosincrasias que la hacen ser históricamente un lugar de cruces y mezclas de culturas, precisamente por esa situación geográfica y estratégica para el comercio y para la guerra. No es casualidad que en Andalucía tengamos dos bases hispano-estadounidenses, en Rota y Morón y la base británica de Gibraltar, un trozo de tierra andaluza arrebatada por los británicos. Además de otras bases militares españolas, como la base de Viator en Almería, fundamentales para el imperialismo estadounidense.

En Andalucía, por ello, ha existido una tradición de lucha contra las bases militares, con sus luces y sus sombras. Luces de luchas, pero también de sombras como ser una de las naciones menos industrializadas, más empobrecidas y con mayor desempleo del estado español, lo cual ha sido utilizado por la burguesía española y andaluza como reclamo de dar “supuestos” puestos de trabajo cada vez que se ampliaban dichas bases.

Esta intoxicación mediática se produce en una nación muy dependiente del exterior, que ha permitido la penetración de grandes transnacionales de sectores especialmente extractivistas: Turismo, minería, alimentación de tierra y mar, energías renovables y de industrias muy contaminantes. Esta dependencia hace que continuamente los grandes medios de comunicación, propiedad de estás mismas trasnacionales, repitan continuamente la cantinela de que todas estas empresas, muchas de ellas de capital extranjero, van a dar puestos de trabajo. Esta falsedad se demuestra por el hecho de seguir siendo la región europea con más desempleo.

La lucha contra las bases de la OTAN y contra las bases militares del Estado español en territorio andaluz, tuvo un retroceso evidente a partir de finales de los 90. Retroceso que ha ido paralelo a la disminución de la lucha organizada en todos los frentes. Políticos, sindicales, contra las privatizaciones de los servicios públicos, etc. Los motivos de este retroceso son muchos, pero creemos que uno fundamental ha sido el reformismo de las izquierdas y su apoyo al capitalismo con cara amable, a las luchas blandas mientras se negocia a la baja con la patronal, el apoyo a la monarquía y su ejército, mientras se intensifica la alienación ante los medios de comunicación. Andalucía no escapó a este escenario unido a la debilidad de organizaciones y colectivos que luchan por su propia liberación nacional y también de corte estatal.

Sin embargo, la agudización de la crisis económica y política que sufrimos; la claudicación ante la OTAN que se ha producido en todos los partidos del arco parlamentario español; así como la operación especial de las tropas rusas en defensa de los territorios agredidos del Donbass en Ucrania, ha provocado una cierta reactivación de la lucha antiimperialista y contra las bases y la OTAN. A pesar, o debido, a la tremenda campaña mediática contra lo ruso, la rusofobia, las organizaciones y colectivos, las personas, más conscientes de lo que ocurre en la política internacional han dado un paso al frente en defensa de la independencia de Rusia y contra la OTAN y el imperialismo estadounidense. Esta reactivación ha dado otro salto cualitativo ante la situación del pueblo palestino y el apoyo de Estados Unidos y la UE al régimen genocida sionista.

LA LUCHA ANTIIMPERIALISTA EN ANDALUCÍA DEBE SER UNA CON LA LUCHA DE CLASES

Qué la lucha antiimperialista debe ser una con la lucha de clases lo puede explicar el comunicado de constitución de nuestra Plataforma que transcribimos en parte:

«La constitución de la plataforma Bases fuera, OTAN no de Cádiz, nace con una vocación antiimperialista y formando parte de la Plataforma Bases fuera, OTAN no de Andalucía. (…)

Esta agresividad imperialista de ataque y saqueo a los pueblos y a los gobiernos que quieren ser independientes es producida por la profunda crisis de su sistema capitalista, del capital, que necesita privatizarlo todo, la vida y la naturaleza, para salir de su profunda crisis. (…)

La lucha contra las bases militares en nuestra Andalucía y contra nuestra permanencia en la OTAN es parte esencial de la lucha antiimperialista, esto es, contra el imperialismo de Estados Unidos y los Estados, como el español. Una lucha que debe ser una por la liberación de la clase trabajadora andaluza y de cualquier lugar del mundo contra la explotación y represión de las élites capitalistas. Con esto queremos decir que nuestra lucha antiimperialista está inexorablemente unida a la lucha por una sociedad libre de explotación, propiedad privada y privatizaciones de los servicios más básicos para nuestro pueblo como son la sanidad o la educación.

No se trata de un No a la guerra, que también, se trata de un No a la guerra ofensiva que saquea pueblos y los oprime. Andalucía no quiere ser asiento de bases militares de la OTAN, ni de armas peligrosas ni de residuos nucleares. Tampoco quiere ser asiento de multinacionales que se llevan nuestros recursos mineros o energéticos o nuestro patrimonio cultural y artístico. Mientras nuestros jóvenes más preparados tienen que emigrar para esos imperialismos más ricos. (…)

Insistimos la lucha antiimperialista e internacionalista de los pueblos del mundo es una en la lucha por la liberación de nuestro propio pueblo. Solo un estado libre y soberano que abogue por su pueblo fomentará la nacionalización de los sectores estratégicos (Banca, energía, agua, aire, tierra y mar), controlará las empresas extranjeras en una relación de igualdad y ganancia, hará públicos los servicios esenciales: Sanidad, educación, pensiones, viviendas y servicios sociosanitarios. Tendrá un ejército propio para defenderse de posibles ataques externos. No hay otro camino.»

Nos encontramos ante una intensa lucha de clases mundial que también se libra dentro de los países capitalistas, pero muy especialmente en los países del Sur global donde el grado de explotación y represión es de gran intensidad. Lo estamos viendo en la actualidad con el atroz genocidio al pueblo palestino y su heroica resistencia. Por eso, la lucha antiimperialista, la denuncia de sus atrocidades, y el apoyo internacionalista a las luchas de liberación de los pueblos del Sur global es más necesaria que nunca.

Concepción Cruz Rojo

Miembro de la “Plataforma Bases fuera, OTAN No” de Cádiz

ANDALUCÍA, 5 de noviembre del 2023

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